domingo, 27 de septiembre de 2020

58. YACIMIENTO IBÉRICO EL TORREJÓN DE GÁTOVA

 

LOS ÍBEROS fueron un pueblo con una cultura autóctona de la Península Ibérica que se desarrolló entre los siglos VI a.C. y I a.C. Su territorio ocupó una gran extensión, desde el sureste de Francia hasta la desembocadura del río Guadiana, en el sur peninsular; desde la costa mediterránea hacia el interior, el dominio llegó hasta el sistema ibérico, serranías de Cuenca y Teruel.


Los íberos nunca tuvieron una organización política que los unificara y sabemos por las fuentes clásicas que estaban divididos en diferentes tribus. En la Comunidad Valenciana se conocen tres: los Ilercavones al Norte, Edetanos al centro y Contestanos al Sur.


También observamos que hubo diversidad de núcleos de población por toda la geografía ibérica: ciudades (las menos), aldeas grandes, medianas y pequeñas. El Torrejón de Gátova pudo ser una aldea de las medianas.


Al igual que el poblamiento, también la sociedad ibérica estaba muy jerarquizada, muy lejos de una sociedad igualitaria. Los íberos hablaban una lengua muy diferente a la nuestra que incluso llegaron a plasmar en escritura, lo que denota un nivel cultural muy alto.


Para escribir también utilizaron unos signos diferentes del alfabeto con el que se escribe latín y las lenguas derivadas de éste. La lengua íbera, tras varios siglos de investigación, todavía no ha sido posible traducirla.


En cuanto a la religión y los cultos funerarios, se sabe que a los muertos se les incineraba en solemnes rituales en los que no faltaban los banquetes. Luego, algunos restos óseos no consumidos por el fuego se depositaban en urnas y éstas en cementerios o necrópolis. Otra costumbre religiosa que ha perdurado hasta nuestros días es la de convertir algunas cuevas en lugares sagrados y de culto, siendo la Diosa Madre la más venerada.


EL TORREJÓN DE GÁTOVA (SIGLOS V – II A.C.) se localiza en un sitio muy estratégico del territorio edetano, en el corazón de la SierraCalderona y relativamente próximo al Tossal de Sant Miquel o Edeta (19 Km ). Esta posición tan cercana a Edeta (Líria) y tan bien comunicada con ella, puesto que existen varios caminos ibéricos que conectan el Camp de Túria con el Alto Palancia por Gátova, nos hace sospechar que fue un sitio de paso y comunicación.


También hemos comprobado, gracias a la limpieza y desbroce del yacimiento, que El Torrejón de Gátova se extiende aproximadamente sobre unos 3.000 m2.


Su cronología (el tiempo en el que El Torrejón estuvo habitado) va como mínimo del siglo V al siglo II antes de Jesucristo. Cuestiones que en el futuro se han de confirmar.

El yacimiento se empieza  a excavar en 2015 y los trabajos de la primera campaña han dejado al descubierto una pequeña área de 150 m2 en el sector sur del poblado. Esta superficie es de gran interés ya que se corresponde con una gran torre rectangular de 9 metros de largo x 6 metros de lado, por unos 3,5 metros de altura conservada.

Ésta debía flanquear la puerta principal de la aldea. Su gran monumentalidad está simbolizando el poder y riqueza del poblado. Su relativa buena conservación nos permite saber  que a la planta baja de la torre, en realidad a 3 metros de altura, se accedía por el lado norte, y que debió tener un forjado que sustentaba la primera planta a la que se accedía a través de una escalera interior mueble.


En esta primera planta, a unos 6,5 metros de altura, hay que sumar un muro de coronación almenado de 1,5 metros desde donde realmente se controlaban los caminos que transitaban por el entorno de El Torrejón, y desde donde se defendía la puerta de acceso. Por último deducimos que el núcleo habitado debió estar delimitado por una muralla perimetral.


Otros datos de interés son los relacionados con la cultura material, los artefactos que fueron utilizados por los íberos de El Torrejón. Aunque todos ellos encontrados fuera del hábitat, no difieren mucho de lo conocido en otros yacimientos del entorno: El Puntal dels Llops (Olocau), Castellet de Bernabé, Tossal de Sant Miquel (Llíria) etc.


Las formas cerámicas documentadas son muy variadas pero destacan, por la abundancia, los fragmentos de ánforas, tinajas y tinajillas. Otros tipos abundantes son los platos y las colmenas.


El último aspecto arqueológico destacable es que se han podido identificar evidencias de comercio o intercambio de productos por la presencia de cerámica importada, concretamente del siglo IV a.C. procedente de Grecia, y ánforas itálicas que traen los romanos cargadas de vino procedentes de la zona de Nápoles.

Bibliografía:

Panel  informativo del yacimiento El Torrejón de Gátova .  Diputació de València.

































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